Los gritos en la pareja, se dan o pueden darse en muchas ocasiones porque uno de los dos creen que tiene que llevar la batuta de la familia y no se da tregua a reflexionar entre ambos sobre la situacion, comunicar lo que cada uno piensa, siente y da por sentado.
Todos tenemos una personalidad adquirida en nuestra familia, educación y sociedad, esta nos marca en nuestra vida y concretamente en nuestras relaciones cuando buscamos crear un hogar. Dependiendo de lo que hemos vivido, experimentado y sentido, nuestra tendencia por lógica es repetir el mismo patrón de comportamiento que una y otra vez hemos vivido en la familia.
Otras veces, sienten que han perdido el interés, la ilusión, el cariño porque no es como esperaba que fuera, tienen dificultades para aceptar y tomar acuerdos mutuos de negociación ante diferentes situaciones, esperan que el otro calle y acepte.
Los gritos en la pareja se dan cuando las personas esperamos algo muy diferente que lo que tenemos y buscamos situaciones duras para romper la relación. O en otras ocasiones uno de ellos ha encontrado a otra persona fuera de la pareja y cree que estará mejor con ella/el y será diferente.
Los gritos en la pareja sucede cuando se desquician porque el otro no entiende, no valora o no piensa y siente como él/ella, cuando creo que tiene toda la razón, quiere que diga decir que si a lo que cree y no lo hace.
Cuando actúa por su cuenta y siente que no tiene que decir nada, dar explicaciones y que tiene que entender porque “yo soy así”, me tiene que querer como soy.
Otro factor importante es cuando uno de los integrantes de la pareja se acomoda y espera que el otro lo haga todo, no entendiendo la falta de responsabilidad y sobrecarga del otro.
Los gritos en la pareja aparecen cuando ambos no se rinden a la evidencia y hace que el otro aguante, estando horas en el televisor, hablando por teléfono, usando el WhatsApp, etc.
Los gritos en la pareja también se dan cuando hay hijos y responsabilidades comunes, el uno espera del otro sin llegar a comunicar o tener acuerdos claros para compartir y resolver situaciones. Hay una falta de autoestima y valoración de uno mismo y en relación con las personas que comparte la vida.
¿ Pero de donde provienen realmente los gritos en la pareja?
- Descuido de una de las partes en el cuidado de su persona o de la relación con el otro, porque cree que ya está todo hecho y que es normal.
- Imitación del seno materno desde la niñez.
- Sensación de poder y a la vez someter al otro que piense, sienta y haga lo que tu deseas.
- Enfado profundo con uno mismo por sentir que la persona con la que está no responde a sus necesidades y siente que se ha equivocado.
- Falta de autoestima y confianza, creyendo que cuanto más grite conseguirá aquello que desea.
- Querer tener razón y desvalorizar al otro porque de lo contrario tienes que cambiar tu perspectiva
- Por dureza, terquedad o miedo al cambio
- Porque es así como conseguiré lo que quiero y creo que el otro tiene que aceptar, aguantar o callar.
¿Qué producen los gritos en la pareja sobre la persona que lo vive?
- Puede entrar en una apatía, no tener ganas de relacionarse, y puede hablar con monosílabos hasta que sienta que le dejan tranquilo.
- Producirse dolores diferentes como son: dolores de cabeza, tensiones musculares, dejadez sensación que nada le importa,
- Quedarse dormido/a en el sofá por horas.
- Pasar el fin de semana tumbado y hacer nada más que lo justo, comer y decir hola.
- Tener insomnio o entrar en procesos depresivos.
- No tener hora para llegar a casa, porque está mejor fuera que dentro.
- Dejadez y comodidad a la hora de salir de las situaciones cotidianas.
- Apatía y desamor ante las relaciones sexuales.
¿Cómo podemos actuar ante una pareja que grita?
Es importante que recordemos que somos libres de amar o de no amar, estar con la persona que hemos elegido o decir “hasta aquí he llegado, soy consciente que no puedo porque nos hacemos daño mutuamente o realmente hemos dejado de querernos, aunque hayamos hecho un compromiso de vida”.
Todos nos podemos equivocar o no. Los compromisos de hacer las cosas adecuadamente, si hay hijos o a la hora de resolver situaciones prácticas, es muy importante para resolver de forma sana y adecuada. Nadie tiene que vivir una vida que no quiere, que no es sana y que le perjudica su salud física, emocional y mental.
Los gritos en la pareja, indica claramente que hay un componente de enfado profundo con uno mismo y también con el otro.
Es muy importante hacer un análisis profundo que es lo que le ha llevado o le lleva a la persona a perder el control y tratarse y tratar de forma agresiva.
Los gritos en la pareja suceden no por casualidad un día, sino que ha habido situaciones duras y no se han sabido tratar adecuadamente y la persona se ha sobrecargado, no se han respetado primero a ellos mismos y han pasado a la falta de respeto con los otros.
Es necesario ver el Sistema de Creencias que tenemos dado por nuestra familia o el entorno en que hemos vivido en nuestra infancia, adolescencia, es muy probable que hagamos exactamente lo mismo que hemos sufrido y que igual hasta nos prometimos que esto nunca más lo viviríamos.
Ha habido veces que la persona ha venido a hacer un tratamiento psicológico, porque se ha encontrado que hacía los mismos comportamientos que en su casa veía y que no quería, porque le habían producido mucho dolor.
Las situaciones no resueltas en la infancia, tocan de lleno aquello que tenemos que cambiar y si no lo hemos hecho, porque hemos pensado que “yo no lo haré”, a mi “nunca me pasará eso”, debemos resolverlo.
El enfado con los padres o familiares, vividos en la infancia tienen que elaborarse, porque sino son una repetición no consciente de lo experimentado y se bloquean, creyendo que ya pasó. Lo vivido y no resuelto vuelve a manifestarse años más tarde cuando creemos que lo tenemos todo controlado.
Es necesario un trabajo de análisis, reflexión, liberación de las emociones y toma de decisiones para atrevernos a ser felices.
Cuando ambos elaboran por separado la relación y las dificultades por las que han pasado, es muy posible que puedan realizar con cambio de comportamiento, compromiso o decisión pudiendo vivir de forma diferente.
También es cierto que nadie debe estar con nadie que no quiera o que le resulte difícil hacer el cambio para vivir en armonía, salud y con amor en la pareja y en la familia si es que la hay.
Lo importante es resolver cada una las situaciones a las que han llegado. El respeto, la valoración, la autoestima, la confianza y el compromiso con uno mismo es necesario. Decidir una vida sana es liberarse de los gritos en la pareja.