Cuando alguien nos pregunta , qué tal?, como estás?. Solemos decir: bien, bien, y segundos después ponemos una coletilla de:
– Bueno, no es mi día
– Estoy cansada
– No he dormido bien
– Me duele todo, etc.
Da lo mismo que seamos jóvenes o mayores, parece que “viste”.
Tenemos hábitos y costumbres, no somos conscientes el efecto que producen en nuestra vida. Vivimos en la QUEJA. Nos quejamos por todo:
– No me gusta como estoy
– Querría que hiciera sol
– No se puede aguantar tanto calor
– Estoy triste, deprimida, etc.
– Vaya día el de hoy
Me pregunto para qué tanta queja ¿Gano algo?, claro que sí.
Ponemos en marcha una energía que aumenta el malestar, el dolor o lo que quiera que vivamos.
No somos conscientes, pero así es.
Te propongo que puedas cambiar ante una de estas respuestas que no nos favorecen las siguientes:
– Estoy cada vez mejor
– Estoy fantástica
– Mi vida es genial
– Hoy es mi día
– Me siento llena de energía y vitalidad
Igual que se pone en marcha lo que es negativo, también lo hace lo que es positivo.
¿Qué ocurre? Que tu vida cambia, estás más feliz
-Bueno, bueno ,esto es un engaño
Es la realidad que creamos, decretamos con nuestro pensamiento y palabras aquello que decimos y así es nuestro resultado.
-Pero según hablas no habría nadie que estuviera mal
Es cierto. Por lo fácil y sencillo que es, no lo creemos.
Hoy te invito a que lo practiques diariamente y en la medida que crees el hábito, irás materializando más rápidamente estar bien.
Hasta pronto, seguiré hablando de la salud